lunes, 29 de abril de 2013


Baja en cotización de minerales tendrá doble efecto para Bolivia

El descenso de las cotizaciones de minerales tendrá doble efecto para Bolivia, debido a que también está bajando la producción de cuatro de los cinco principales minerales: zinc, plomo, plata y estaño, afirman en el ámbito minero.

Si bien no se ha llegado todavía a una tendencia bajista de todas las cotizaciones, igual el descenso de los precios de minerales debe preocupar al país, pues, se verá reflejado en las regalías y otros ingresos a las arcas públicas, indican analistas.

En tanto que para el exministro de Minería, Dionisio Garzón, el "megaciclo de los precios altos ha terminado", argumentando que desde el 2011 hay un descenso sostenido. Además "considero que en un par de años más los precios estarán entre subidas y bajadas pero la tendencia generalizada es hacia la baja".

Esta baja en las cotizaciones es atribuida a tres causantes. Una, el fortalecimiento del dólar y dos, el menor crecimiento de China y tres, la proyección de crecimiento que calcula el Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó el especialista Jorge Espinoza a ANF.

Para Julio Alvarado esta rebaja en los precios de los minerales "se debe a un proceso de decrecimiento de las importaciones de minerales en el que ingresó China, uno de los principales compradores de la producción latinoamericana y boliviana", señala el informe que divulga Extend.

Si bien en la actualidad se registran bajas notables en los valores de los minerales en el mercado internacional, dependerá del tiempo la verificación de una tendencia bajista, pero de todas maneras, la elevación y los descensos "es por ciclos", aunque el de cotizaciones altas "ha durado bastante", señala Espinoza.

La caída de precios es "preocupante y potencialmente crítica para la minería nacional", señala Henry Oporto en un informe que divulga Extend al indicar que "por ahora no podemos saber si el descenso de los precios es temporal y pronto a revertirse o si se trata de un fenómeno más prolongado y con efectos contractivos". Si bien "la tendencia en curso es una baja progresiva de los precios" igual "de persistir esta tendencia no hay duda de que se transforma en una amenaza para la minería boliviana", añade Oporto.

De todas maneras, los especialistas y analistas coinciden en que el escenario minero actual es preocupante, porque al descenso de precios se suma la caída en la producción, fundamentalmente, el zinc, la plata, el estaño y plomo. Lo que efectivamente, repercutirá en las regalías departamentales.

UN CAMBIO DE PRECIO DE LAS MATERIAS PRIMAS PUEDE SER LETAL


Por:  26 de febrero de 2013
El chileno Gabriel Palma, de 65 años, se define como un economista de raíces keynesianas y estructuralista. De joven, en el Gobierno de Salvador Allende (1970-1973), trabajó en la Oficina Nacional de Planeamiento de su país y representó al Ejecutivo en el consejo de administración de la Compañía de Cobre Chuquicamata. Después del golpe de Estado de Augusto Pinochet inició en Reino Unido una carrera académica. En la actualidad da clases en la Universidad de Cambridge y es miembro de los grupos de trabajo de la Iniciativa para el Diálogo Político que dirige el Nobel de Economía Joseph Stiglitz en Columbia (EE UU) para investigar la liberalización de los mercados de capitales y la macroeconomía y la política industrial para los países en desarrollo. No es para nada optimista con Latinoamérica en el diálogo telefónico desde Cambridge.

Pregunta: -¿Qué responde cuando le preguntan cómo está la economía latinoamericana?
Respuesta: -Si uno compara con Europa, EE UU y el resto del mundo, menos Asia, uno podría decir que está bien. Acá en Europa se piensa que están bien Chile, Colombia, Brasil, México; que está bien la mayoría de Latinoamérica, dejando de lado Venezuela, Bolivia, incluso Argentina. ‘¡Miren qué bien les va a los ortodoxos!’, dicen. Hay poca conciencia de la fragilidad de esa parte de Latinoamérica. Chile creció al 5% o 6% en los últimos tres años, pero la cuenta corriente pasó en poco tiempo de un excedente del 5% del PIB a un déficit del 4% del PIB. Y si calculáramos la cuenta corriente asumiendo los precios del cobre normales, los que había en 2003, antes del boom de los commodities (materias primas) el déficit en 2012 hubiese llegado casi el 20% del PIB. En el fondo, lo único que permite la estabilidad y el crecimiento actuales es el precio del cobre tres veces mayor a lo normal. Y no hay ninguna evidencia de que lo que pasa en Asia explica un cambio estructural permanente en el mercado de las materias primas. Es un error pensar como permanente algo que es transitorio. China es responsable por un 20% de la demanda mundial de cobre; y ese componente de la demanda crece rápido, y con eso la participación de China en el total. Pero el resto de la demanda esta estancada, lo que hace que el crecimiento total de la demanda mundial de cobre no sea más de un 3% o 4% anual, lo cual no justifica que el precio del cobre esté tres veces por encima del nivel histórico. Esto es fruto de la pura especulación.

P: -¿Por qué?
R: -Entre otras cosas, por la política del quantitative easing (flexibilización cuantitiva de la política monetaria), EE UU y Europa compran su propia deuda como forma de dar liquidez al sistema financiero. Pero no pasa casi ni un peso hacia abajo, para dar préstamos productivos a la pequeña y mediana empresa, a los hogares, etc. sino que ese dinero se usa para especulación y por eso el Dow Jones y los índices de la bolsa de Londres ya están en los niveles de principios de 2007. Los precios de los activos no tienen relación con los fundamentos de la economía de EE UU, Europa y Japón. Estamos de vuelta en el casino. Entonces compran oro, plata y después, el pariente pobre, el cobre. Después, alimentos o derivados de commodities. El precio de los minerales y de algunos alimentos es absolutamente especulativo. Puede que algunos alimentos suban de precio por una sequía en alguna parte del mundo, pero en minerales hay un dinamismo muy fuerte de la oferta, hay nuevos yacimientos. Esta especulación puede romperse en cualquier momento. No hay ni una razón para pensar que es permanente. El hierro cayó a la mitad de precio en los últimos seis meses. Si cae el precio del cobre, puede haber una crisis en Chile como la de 1982, cuando el déficit de cuenta corriente llegó al 13% del PIB. Fue la crisis de la deuda, cuando el PIB cayó el 20% entre el tercer trimestre de 1981 y el tercer trimestre de 1983, y el desempleo subió a más del 30%, y la población bajo la línea de la pobreza se dobló al 55%. El ajuste puede ser brutal. La falta de conciencia de que en Latinoamérica estamos cerca de un abismo es absoluta. Pensamos que lo positivo es permanente y que lo negativo es transitorio. En estos años nos hemos ajustado a los nuevos altos precios de las materias primas vía consumo, y no vía inversión y aumento de la capacidad productiva. Hoy vivimos y consumimos como si los precios altos de los commodities fueran permanentes. Un cambio de precios puede ser letal. En Europa hay una falsa impresión de Latinoamérica y no pueden dejar de alabarla como maravillosa por su crecimiento, pero Brasil lleva mas de un año prácticamente en recesión; y, así y todo, el año pasado tuvo un déficit comercial en manufacturas de 60.000 millones de dólares. ¿Se imagina cuando vuelva a crecer, o cuando el precio de los commodities vuelvan a un nivel normal?
P: -¿Y los países de economía heterodoxa o de izquierda, como Venezuela, Bolivia, Ecuador o Argentina?
R: -No sé si llamarlos heterodoxos, pero al menos intentan algo distinto.
P: -¿Y cómo llamarlos?
P: -¿O sea que unos y otros están en la misma situación?
R: -Sí, pero por razones distintas. Venezuela y Argentina están con problemas serios reales hoy día. Los otros están con problemas potenciales. En Chile pareciese que no hay ningún problema, pero el potencial de una pesadilla es alto. En Argentina hay problemas reales como la inflación, la balanza de pagos, la dificultad para endeudarse. El periodo de los Kirchner había partido bastante bien, pero a veces la estabilidad genera inestabilidad. Argentina crecía, bajaban la pobreza y el desempleo, pero sobreempujaron la economía más allá de lo posible, con cierta omnipotencia, y se crearon muchas fragilidades. Fue un error muy grande. Lo difícil ahora es manejar esas fragilidades financieras y productivas.

P: -¿Cuándo puede acabar la bonanza de los productos básicos?
R: -Saberlo es como mirar en una bola de cristal. Primero, depende de cómo continúa el exceso de liquidez del mercado financiero internacional. Segundo, hay pocas inversiones en el mundo desarrollado que sean seguras en la actualidad. Entonces se especula con loscommodities porque son relativamente más seguros, porque la gente necesita comer y la industria necesita minerales. Son una especulación menos riesgosa. El día en que Europa y EE UU empiecen a arreglarse, lo que puede tardar, el precio de algunas materias primas puede continuar con su comportamiento contracíclico actual, pero para el otro lado. El cambio puede ser muy brusco.
P: -¿Qué países latinoamericanos están mejor preparados?
R: -Argentina y Venezuela no lo están. Chile, para nada. Brasil ya está con poco crecimiento y déficit de cuenta corriente. Tampoco Colombia y Perú están mejor. No tienen colchones de defensa, salvo Brasil, que tiene un gran nivel de reservas internacionales y puede hacer el ajuste más tranquilo. Para Chile, el cambio puede ser brutal, pero vaya a decírselo al banco central, los políticos o a los industriales. Prefieren seguir confundiendo la telenovela con el mundo real. Creo que no hay otra disciplina, como la economía, que sea tan buena para contar, y contarse, cuentos. Mire lo que pasó en Europa, incluida España: se creyeron todos sus cuentos, especialmente los que venían desde los mercados financieros. (Gabriel) García Márquez debió haber estudiado economía… En Chile casi no me creen cuando hago el cálculo de la cuenta corriente con precios del cobre de 2003.
P: -¿Pero Chile no se distingue por tener un fondo anticíclico con lo que ahorra en tiempos de cobre caro?
R: -Ésas son más palabras que otra cosa. En Chile solo se ahorra el excedente de la empresa estatal de cobre, Codelco, mientras que las empresas extranjeras se lo llevan todo. En los últimos años, la repatriación de utilidades de las empresas extranjeras en Chile llegó a ser mayor que el total del PIB de Paraguay o Bolivia. El fondo sirve para subir un poco más las reservas internacionales, que son bajísimas; pero las dos juntas, el fondo y las reservas, no llegan a cubrir un año de importaciones.
P: -¿No hay países que dispongan de industria como motor alternativa de crecimiento en caso de caída de precios de las materias primas?
R: -No es que no tengan producciones alternativas, pero la balanza de pagos es muy dependiente de las materias primas. Cuando viene la bonanza, lo obvio es que los recursos nuevos se usen para invertir en infraestructura, educación, industria, servicios, para que haya nuevas capacidades productivas para otros tiempos. El único que entendió eso en Chile fue el presidente José Manuel Balmaceda en el siglo XIX, que invirtió el dinero del salitre en ferrocarriles, industria y educación. Pero después de él no hay uno que haya invertido las bonanzas externas, siempre temporales. Todos prefirieron consumirla
P: -¿Brasil y México no tienen estructuras industriales?
R: -No es que no tengan estructura industrial, pero esa estructura depende de los equilibrios externos. Además, la estructura industrial brasileña ha sido desdibujada. Hoy en día la manufactura como porcentaje del PIB es menos de la mitad de lo que representaba en 1980. La desindustrialización brasileña ha sido una de las más altas en la historia del mundo. Y es culpa de Brasil, por la forma en que hizo su reforma financiera, sus tipos de interés altos, su tasa de cambio sobrevaluada. Es 100% autoinfligido. Y lo que queda de estructura industrial depende una balanza de pagos sustentable.

P: -Si cae esa balanza, ¿Brasil no tendría para financiar inversiones y compras de insumos en sectores manufactureros?
P: -Con su visión, seguramente se habrá ganado enemigos por derecha y por izquierda.
R: -Es mi única forma honesta de analizar. Gracias a que soy académico, no necesito actuar como político ni como predicador, esto es, maximizar audiencias. En Argentina tengo muchos amigos en el Gobierno, como algunos en La Cámpora, en AEDA, quienes me invitan a sus congresos. También en la academia. Es gente que se da cuenta de que mi crítica es con buena intención. En Argentina intentaron algo distinto. Cuando en Latinoamérica se intenta algo no neoliberal, no siempre se hace con la cabeza fría. Cuando las cosas van bien, como con los Kirchner al principio, después se tiende a hacer cosas no sustentables en el tiempo. Los procesos de crecimiento de Latinoamérica tienden a descarrilarse rápidamente. Eso sucedió con Chile a fines de los 90, con el Brasil de Lula y con la Argentina de los Kirchner. En cambio, Corea del Sur crece al 7% desde hace 50 años. Cualquiera puede crecer al 7% por pocos años; sostenerlo en el tiempo es otra cosa. En América Latina somos corredores de media distancia, en Asia son de maratón. Ésta es una de las grandes deficiencias de Latinoamérica. No hay un país en los últimos 50 años que haya podido crecer a largo plazo. Ésta es la gran lección de Asia: el crecimiento sostenido.
P: -Pero usted también dice que para reducir la pobreza en Latinoamérica no hace falta crecer.
R: -Hay tres cosas distintas: crecimiento, redistribución y pobreza. Lo que digo es que reducir la pobreza en nuestros países de ingresos medios altos es tan barato que puede hacerse sin redistribuir y sin crecimiento; obvio no es lo ideal, pero es perfectamente posible. Es el caso de Chile, donde la pobreza cayó a la mitad entre 1990 y 2006, y no se mejoró la distribución. O es el caso de Brasil, al que el plan Bolsa Familia, para 12 millones de familias, le cuesta solo el 0,5% del PIB. En seis de las principales economías de Latinoamérica se puede alcanzar la pobreza cero gastando extra menos del 1% del PIB, según cálculos de la CEPAL, que a su vez están basados en estudios del FMI. Obvio que yo también quiero redistribuir el ingreso, pero el hecho de que exista la pobreza es una vergüenza que no tiene nombre en Argentina, Chile, México o Brasil. En Chile, con (Michelle) Bachelet, había un alto excedente fiscal gracias al cobre y no fueron capaces de gastar el 1% del PIB para terminar con la pobreza. Eso es falta de ganas. El ideal, por supuesto, es crecer en forma sostenida, mejorando la distribución y terminando con la pobreza. Pero la idea de que sólo creciendo rápido se puede terminar con la pobreza es otro de los tantos cuentos de economistas. 
P: -¿Por qué en muchas economías latinoamericanas que crecen aparecen fuertes conflictos sociales, como en Chile, Perú o Panamá?
R: -Hay algo de crecimiento en Chile y Perú, pero eso no significa que estén haciéndose las cosas que hay que hacer. Por eso salieron los estudiantes chilenos a la calle. La matrícula para la universidad en Chile es la más alta de la OCDE cuando se la normaliza por el ingreso per cápita. La mayor parte de nuestras universidades son caras, malas y dejan a la gente endeudada toda la vida. Cuando hay algo de estabilidad económica, las presiones sociales empiezan a salir. Antes el neoliberalismo estaba tranquilo, con la gente insegura por la transición, sus trabajos precarios y el alto endeudamiento; pero en Chile, las pensiones privadas, la educación y los seguros privados de salud son una tomadura de pelo. Son caros y malos. Casi la mitad de los jubilados cobra pensiones que los dejan por debajo de la línea de pobreza; y en el ciclo total, un tercio de sus cotizaciones se pierden en costos administrativos y comisiones.
P: -¿Queda entonces algún país modelo en la región?
R: -No hay ni un país que la esté haciendo bien en cuanto a crecimiento sostenido, redistribución significativa del ingreso, mejora de la educación y la salud. Para eso hay que mirar al Asia. El neoliberalismo nos lleva por el camino de la trampa del ingreso medio, economías que son puro commoditiespuro servicios. Lo único bueno es el alto nivel de empleo, pero es generalmente de baja productividad, precario y de bajo salario. Hay cierta reducción de la pobreza, pero no hay cambios en el sector exportador que potencien el desarrollo sostenido en el futuro. Mi visión es bastante pesimista; no compro para nada el espejismo neoliberal.

P: -Pero Latinoamérica aparece en la coyuntura bastante mejor que España, por ejemplo.
R: -Quizá digamos: ‘No estamos tan mal como el vecino’. Como dicen en EE UU: ‘Menos mal que existe Mississippi’, que siempre está peor. Pero eso no es mayor consuelo. La pregunta relevante es por qué no estamos como el Asia. 
P: -¿Y por qué?
R: -Porque hay una ideología distinta, un Estado distinto, una clase empresarial distinta. Lo último que necesitamos es este desarrollo neoliberal, con ideas del siglo XIX, que sólo incentiva los commodities, las finanzas y los servicios de baja productividad.
P: -¿Pero no cree que hay países latinoamericanos que intentaron caminos alternativos al neoliberalismo en la última década, como Brasil, Argentina o Venezuela?
R: Con Lula casi no hubo cambio en política económica. En esa materia, él y Dilma Rousseff son una continuidad de lo que venía de Fernando Henrique Cardoso. El gobierno de Dilma ha intentado cambiar algo en el último año, pero hasta ahora con pocos resultados. Sigue la baja inversión pública, los altos intereses, a pesar de la pequeña caída del Selic (tipo de referencia de Brasil), la política industrial reducida, con un BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) que trata de hacer cosas, pero es casi como una quinta columna. Lula es parecido a la Concertación en Chile, que estuvo muy bien por el retorno de la democracia, pero que no implicó cambios fundamentales en la política económica, por fuera de lo que fue la reducción de la pobreza y otras políticas sociales. Por eso en Chile se dice el chiste de que (Sebastián) Piñera es el quinto presidente de la Concertación. ¡Y cuando hay dos personas o grupos políticos que piensan lo mismo, sólo uno esta pensando!  Y ese no ha sido precisamente la Concertación o el PT (Partido de los Trabajadores). Venezuela y Argentina no siguieron con el neoliberalismo, pero hay que mirar los resultados. Por un lado, los problemas crecientes de una parte importante de la economía venezolana y por otro, las dificultades financieras y reales de Argentina. Argentina está mucho mejor que Venezuela y los primeros años de los Kirchner fueron realmente interesantes, pero descarrilaron innecesariamente.
P: -¿Ve alguna fortaleza en la economía latinoamericana?
R: -Puro commodity, nada más. Es en lo único que ha resaltado. Somos campeones mundiales en la producción de commodities. No hay lugar donde se produzca más barato o mejor que la soja en Argentina, el hierro en Brasil y el cobre o la madera en Chile. Pero ahí nos quedamos. El resto es finanzas y empleo de baja productividad en servicios. No avanzamos ni siquiera en el procesamiento de esos commodities. En Chile vamos para atrás: el 90% del cobre exportado antes de 1973 era blister o refinado. Solo el 10% era concentrado, que es un barro con 30% de contenido de cobre. Ahora nos acercamos al 50% y 50%.
P: -¿Por qué?
R: -Porque la inversión no va a eso. Falta una política industrial. En Asia incentivan para que se importe concentrado y se funda allí. Nosotros deberíamos castigar la exportación de mineral concentrado para por lo menos tener la cancha pareja. En Malasia en los 70 llegaron a prohibir la exportación de madera no procesada.

P: -Casi no habla usted de México, ¿cómo lo ve?
R: -Desgraciadamente es una de las economías que anda peor. Lo que sostiene las cuentas públicas y la balanza de pagos es el petróleo. Si se lo excluye, el total de recaudación impositiva apenas llega al 12% del PIB. Tienen la ventaja de que su industria está asociada a EE UU por el TLC (tratado de libre comercio), pero esa industria asociada a la maquila es una vergüenza. La exportación de maquila a EE UU hoy día está compuesta por un 75% de insumos importados, la misma proporción que hace 30 años. China también tenía esa proporción hace 30 años, pero ahora sus exportaciones tienen apenas un tercio de insumos importados. En el caso de Malasia, partieron del mismo nivel que México, pero hicieron política industrial y comercial efectiva. México y Malasia han tenido la misma tasa de crecimiento de las exportaciones desde 1990, pero la tasa de crecimiento del PIB mexicano ha sido menos de la mitad que el malayo. México exporta blue jeans (vaqueros) a EE UU, pero hasta el algodón es importado de EE UU. Las tinturas, las hebillas, todo es de EE UU. Igual que los televisores. México es el mayor exportador de televisores a EE UU, del que tiene dos tercios del mercado. Pero el 90% de los insumos son directa o indirectamente importados. Hasta los enchufes son chinos. Solo los cartones y los plásticos para embalar, los manuales y alguna otra cosa chica son mexicanos. Está bien empezar así una industria, pero después hay que anclar esa industria en el país. Algún día América Latina se dará cuanta todo lo que tiene que aprender del Asia.

miércoles, 24 de abril de 2013

ECONOMÍA BOLIVIANA


LA CEPAL, EL BM Y EL BID ESTIMAN QUE CRECERÁ UN 5%

Bolivia, la cuarta economía de mayor despegue en la región

Los economistas prevén más desarrollo gracias al gas natural, la minería y las manufacturas.El país ocupa la cuarta posición de una lista de más de 30 países de América Latina y el Caribe 



Las economías de América Latina y el Caribe continuarán de- sempeñándose con firmeza frente a un entorno externo con turbulencias. Dentro del contexto regional, Bolivia se ubica como la cuarta economía de mayor desarrollo en 2013, según proyectan los organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que señalan que puede lograr un crecimiento del 5% de su Producto Interno Bruto (PIB).
A pesar de ello, el Gobierno boliviano considera que hasta diciembre puede crecer un 5,5%, según lo que se prevé en el Presupuesto General del Estado (PGE). Empero, el Fondo Monetario Internacional es menos optimista y señala que el país crecerá un 4,8%.
La Cepal dio a conocer ayer su informe Balance económico actualizado de América Latina y el Caribe 2012, el cual pone al día las cifras e información entregadas en diciembre pasado en el reporte Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2012. 
Según el estudio, los países de América Latina y el Caribe crecerán en promedio 3,5% en 2013 gracias al dinamismo que mantendrá la demanda interna y el mejor desempeño de Argentina y Brasil en comparación con 2012.
Paraguay liderará la expansión en 2013 con un crecimiento esperado del producto interno bruto (PIB) de 10%, seguido por Panamá (8%), Perú (6%) y Haití (6%). Bolivia, Chile y Nicaragua están en el ‘club de los privilegiados’ debido a que crecerán un 5%. Colombia registrará un 4,5% y Uruguay un 3,8%. Posteriormente se ubican los otros países con menor porcentaje (ver infografía).
Crecimiento gracias al gas
Los economistas Teófilo Caballero, Carlos Schlink y Armando Méndez consideran que la estimación de los organismos financieros internacionales tiende a cumplirse en el país, pero ello obedece a los ingresos provenientes por el gas natural, los minerales y las manufacturas.
Los expertos aseguran que se repetirán los indicadores del 2012 e incluso puede ser más, pues a partir del 1 de mayo Bolivia tiene que dar cumplimiento a la adenda del contrato con Argentina, es decir que aumentará el volumen de exportación de gas de 13,6 millones de metros cúbicos día de gas (MMm3/d) hasta 16,2 millones, con un adicional que puede llegar hasta 19 millones 
   ANÁLISIS    
Bolivia crecerá igual que en 2012
Carlos Schlink / Economista
Lo que se puede percatar es la confirmación de que la recesión en Europa, la desaceleración en China y el lento crecimiento de los Estados Unidos contribuyeron a reducir la expansión de la economía mundial en la gestion 2012, lo cual afectó el comercio de América Latina y el Caribe. En 2012 la política monetaria se orientó a atenuar los efectos del bajo dinamismo de la demanda agregada externa, cumpliendo con metas de inflación manteniéndola dentro de los límites establecidos por las autoridades de cada país. Disminuyó levemente el desempleo, aumentaron los salarios en el sector formal, pero sigue existiendo pérdida del poder adquisitivo en algunos países y se anticipa un lento crecimiento de la economía mundial. Bolivia va a mantener el mismo crecimiento que en 2012, porque todavía se tienen reservas de gas y el precio del barril de petróleo y gas en el primer cuatrimestre se ha mantenido constante. La economía es dependiente de los recursos extractivos
    Los porcentajes     
3,5%
Crecimiento general
Es lo que crecerán en promedio los países de América Latina y el Caribe, esto por el dinamismo que mantendrá la demanda interna y el mejor desempeño de Argentina y Brasil.
15
Millones en busca de empleo
Son las personas que requieren empleo en las zonas urbanas. La Cepal asegura que la tasa de desempleo abierto urbano en la región registró un nuevo descenso, de 6,7% a 6,4%.
   BID Y BM    

58 millones salen de la pobrezaEl BID observó que la tasa de desempleo en América Latina descendió a un nivel sin precedentes y que durante los últimos 10 años, 58 millones de personas en la región salieron de la pobreza. Hoy día, uno de cada tres latinoamericanos forma parte de la clase media.
BM destaca a tres paísesEl informe “América Latina y el Caribe, sin viento a favor: en busca de un mayor crecimiento”, de la Oficina del Economista Jefe del BM para la región señala que Bolivia, Chile y Colombia seguirán creciendo por encima del promedio regional, con proyecciones de 4 y 5%.

sábado, 20 de abril de 2013

POR QUÉ BOLIVIA NO SE HA DESARROLLADO?


ECONOMÍA | SABER POR QUÉ EL PAÍS NO SE HA DESARROLLADO, PESE A SUS RIQUEZAS, ES UNO DE LOS DESAFÍOS DE ESTAS INVESTIGACIONES.

Amenudo se escucha decir que Bolivia es un pobre sentado en una silla de oro. Se destacan sus recursos naturales, su ubicación geográfica, su diversidad cultural, etc., sin embargo el país registra uno de los más bajos crecimientos en la región. 
Para saber por qué y comenzar a desarrollar estrategias puntuales que sirvan para fortalecer la economía boliviana, el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) lanzó una convocatoria para que diferentes investigadores analicen los factores económicos e institucionales y su incidencia en el desarrollo nacional y regional de Bolivia, en el periodo comprendido entre 1989 y 2009, y exhiban propuestas que sirvan para empezar a buscar soluciones para el atraso económico de Bolivia.
En este marco los economistas Horst Grebe, Alfredo Seoane, Carlos Machicado, Rodney Pereira, Gover Barja e Iván Velásquez, han llevado adelante investigaciones desde diferentes ángulos para lograr un panorama global. Este es un resumen de esos trabajos.

LAS FINANZAS
Analizar la efectividad de las finanzas públicas en sus distintas dimensiones respecto a la evolución de los diferentes indicadores sobre el desarrollo nacional y regional, ha sido el objetivo que Pereira, junto a Ernesto Sheriff y Valeria Salinas, buscó en la investigación “Finanzas Públicas. Comportamiento e impacto en el desarrollo nacional y regional (1990-2010)”.
De acuerdo a Pereira, quien dirigió el estudio, existe una desvinculación entre sectores económicos, entre departamentos y entre actividades dentro de un mismo departamento. “Se requiere fortalecer la gestión entre el gobierno central y los gobiernos departamentales y municipales en el marco de las autonomías. En el momento de aplicarse la inversión pública se debe tomar en cuenta los contextos espaciales en los cuales se aplica”, dice Pereira. La investigación concluye en que la institucionalidad, si bien ha tenido avances, no han sido los esperados debido a los cambios de gobierno, la mediana internalización del aparato estatal y la fuerte presencia de la institucionalidad informal.
Las principales recomendaciones que emergen de esta investigación son: Proponer una política fiscal orientada a promover el desarrollo, una mejor distribución del ingreso y apoyar la estabilidad económica. 

LA PRODUCTIVIDAD 
La productividad como eje central del crecimiento económico y el uso y eficiencia con el que se emplean los factores de producción, son el referente de la investigación que Carlos Gustavo Machicado, colaborado por Osvaldo Nina y Luis Carlos Jemio, presenta en el libro “Factores que inciden en el crecimiento y el desarrollo en Bolivia (Análisis nacional y regional (1989-2009)”.
“La investigación que coordiné es importante porque hace un análisis desde los fundamentos próximos del crecimiento económico, analizando la importancia de los factores de producción (capital y trabajo) en el crecimiento económico, pero además muestra que es también muy importante la eficiencia con que se emplean los factores de producción, es decir la productividad. Y ese es el gran problema en Bolivia, podemos invertir más de lo que se invierte o generar más empleos, pero si no se lo hace eficientemente de nada sirve, y eso es lo que ha sucedido en los últimos 20 años”, dice Machicado.  Su obra analiza uno de los fundamentos profundos del crecimiento económico, como es la geografía, y demuestra que en la medida en que los departamentos alcancen una diversificación económica, tendrán más posibilidades de desarrollarse.
Machicado explica que en el caso boliviano existen muchas empresas que tienen un exceso de capital instalado mayor al que realmente necesitan para producir, lo que se traduce finalmente como baja productividad y débil producción. La investigación recomienda la promoción de sectores transables intensivos en mano de obra; se recomienda también mayor eficiencia en la inversión pública y ampliar la ventana de oportunidades aprovechando la coyuntura externa favorable para promover un crecimiento de las actividades productivas. 

EQUIDAD Y AHORRO
En el tema del ahorro, Alfredo Seoane y Fernanda Wanderley realizaron la investigación “La brecha ahorro-inversión y la olvidada agenda de la transformación productiva con equidad”, en el que buscan identificar los factores relevantes para el pobre desempeño en inversión, innovación y productividad que podrían explicar el escaso crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, que de acuerdo a proyecciones del Banco Mundial, bajará al 4,1 para el 2012 y al 3,8 por ciento para el 2013. Ellos llegan a la conclusión de que la economía boliviana pudo tener un crecimiento mayor si se hubiese canalizado el ahorro nacional y el externo, conduciéndolos hacia una mayor y más eficiente inversión para lograr avances puntuales en la productividad. La falta de aplicación de esta estrategia ha llevado a que los ingresos reales per cápita en Bolivia sean los más bajos de la región. De acuerdo a los autores, las barreras estructurales y los cuellos de botella sectoriales no son atendidos de manera efectiva y por ello restringen las oportunidades de inversión privada, tanto nacional como extranjera. En cuanto a la equidad, los autores proponen inscribir como objetivo del estado boliviano y de su sociedad, la incorporación de diferentes sectores, para dar oportunidad  laboral y de ingreso a las nuevas generaciones. 

LA INVERSIÓN
La dificultad de Bolivia para acelerar su crecimiento económico, las causas que explicarían la baja inversión en el país y su poca relación con el crecimiento son algunos de los temas que se abordan en el libro “Suficiencia y eficacia de la inversión en Bolivia. Análisis macro y microeconómico (1989-2009)”, escrito por Rubén Ferrufino e Iván Velásquez, con la colaboración de Marco Gavincha.
Los autores analizan por qué, siendo que el país ha aplicado durante las dos últimas décadas una variedad de instrumentos políticos para impulsar su desarrollo, estos no han sido suficientes. Además evalúan la suficiencia y eficacia de la inversión  elaborando un diagnóstico respecto al desarrollo logrado considerando los ámbitos económico y social. Concluyen que el desarrollo ha sido importante, aunque insuficiente. La investigación de Ferrufino y Velásquez afirma que en el sector público se ha avanzado respecto a la educación y a la salud, pero no así en empleo y seguridad ciudadana, que más bien han sufrido un retroceso. Los avances más evidentes están referidos a la infraestructura caminera.
En cuanto al sector privado, se ha ampliado su participación en la economía, diversificándose gradualmente y contribuyendo con crecientes impuestos, fuentes de empleo e inversión. El número de productos exportables aumentó, lo que se traduce en una mejora de la economía. Llama la atención de los autores que a nivel subnacional se hayan encontrado casos como La Paz, Santa Cruz y Beni, donde la inversión pública departamental no muestra ninguna relación estadística con el Producto Interno Bruto (PIB) departamental.
La investigación arroja conclusiones fundamentales respecto a la necesidad de establecer una nueva política económica que expanda la inversión privada, promueva el encuentro entre inversión pública y privada, impulse mayor suficiencia en la inversión pública y mejore la eficacia de ésta mediante acciones que puedan apalancar recursos e inversiones privadas que se complementen con lo público. “Hemos querido evaluar la suficiencia y eficacia (inversión) como factor de crecimiento. Aportar evidencia empírica de la importancia de la inversión y reflejar el peso de otros factores como los ciclos y los precios de materias primas. Además demostrar la relevancia de la sintonía entre la inversión pública y privada como condición de eficacia y mostrar que la inversión social sigue siendo una prioridad, no solo por el sentido de responsabilidad estatal, sino como un factor catalizador, acelerador y multiplicador del efecto de la inversión en general”, explica Velásquez.

INGRESOS FISCALES
Aunque en Bolivia se ha ejercitado una mayor equidad redistribuitiva gracias al aumento de los ingresos fiscales, esto no se ha traducido en un aumento de la productividad ni en el crecimiento económico. El por qué de esto es parte de la investigación que ha realizado Horst Grebe, con la colaboración de Mauricio Medinacelli, Rodrigo Fernández y Cristina Hurtado. El libro “Los ciclos recientes en la economía boliviana. Una interpretación del desempeño económico e institucional (1989-2009)”, da cuenta que en la década de los 90 y principios del nuevo milenio, los sectores de hidrocarburos y minero son responsables de casi el 50% del crecimiento económico de Bolivia, lo que demuestra la poca diversificación de la economía y su vulnerabilidad a los cambios en los precios de sus productos de exportación.
La obra de Grebe también explica que el excedente disponible ha sido mal asignado, el gasto público ha incorporado transferencias monetarias a los sectores sociales menos favorecidos, y la inversión pública se ha concentrado en la infraestructura carretera. No se observa, de acuerdo a los investigadores, un apoyo sistemático al aumento de la productividad, lo que corrobora el carácter rentista de la economía boliviana. 
“La composición demográfica del país, la composición del empleo en términos sectoriales, hace que frente a algunos sectores dinámicos que crecen relativamente rápido, haya un rezago enorme en la gran mayoría de la población económicamente ocupada, en la economía campesina, en el sector informal y en el sector de baja capacidad de aumento de productividad que es el comercio y la construcción”, dice Grebe. Luego agrega: “Al país le falta industria; y lo que puede permitir un desempeño diferente y más satisfactorio, va a depender de la existencia de políticas industriales, lo cual es un desafío institucional y teórico importante en Bolivia.” La investigación recomienda la conducción de la reconversión productiva hacia mayores niveles de productividad y empleo formal a través de políticas de fomento industrial y agropecuario, en particular para la economía campesina, así como acuerdos por cadenas productivas y zonas económicas especiales. 

LOS OBSTÁCULOS
Profundizar el conocimiento sobre los obstáculos institucionales que han incidido en el escaso desarrollo económico nacional, e identificar propuestas de política pública que se orienten a innovar el proceso de descentralización, teniendo en cuenta las restricciones del contexto, son los mayores aportes que hace la investigación de Gover Barja, Sergio Villarroel y David Zavaleta.
La recomendación que surge de esta investigación está referida a corregir los obstáculos institucionales identificados que afectan el desarrollo económico a través de acciones de los gobiernos subnacionales que deben internalizar los costos ex ante (costos administrativos de la recaudación impositiva y su posterior distribución por parte del gobierno central) y ex post (costos económicos de incumplimiento parcial o total de los objetivos sociales) de los ingresos recibidos como transferencias.
Se recomienda políticas públicas que vinculen las transferencias a metas de ingresos propios junto al retiro del superávit acumulado para la creación de fondos de inversión municipales para épocas de contracción económica. Y el uso de políticas públicas que resulten de una sustancial participación local en la definición de metas de interés en la jurisdicción para que la descentralización responda a procesos de abajo hacia arriba y no al revés. 
“Específicamente se analizó el diseño de la institucionalidad de la descentralización fiscal implementada. Se quería conocer en qué consistieron los incentivos implícitos contenidos en la institucionalidad, cómo funcionaron y qué resultados produjeron. Este corresponde al enfoque conocido como Descentralización Fiscal de Segunda Generación. Metodológicamente se utilizó econometría aplicada a datos de 1996-2008 para evaluar los incentivos e impactos de la descentralización fiscal y política”, explica Gover Barja.
Dentro de los resultados de la investigación, Barja destaca haber identificado la magnitud y alto crecimiento de las transferencias fiscales hacia los gobiernos subnacionales (municipios y exprefecturas), en vez de que se haya incentivado el aporte propio local. “Esto ha convertido a los gobiernos locales en dependientes de dichas transferencias. En el largo plazo este es un serio error de política pública.” La investigación también analiza el uso de las transferencias fiscales, que en vez de estar alineadas a los objetivos de desarrollo local definidos por los intereses locales, estuvieron más bien dominantemente alineados a los objetivos de desarrollo local del gobierno central (educación, salud y alguna infraestructura básica). (Con datos del PIEB).  

Perfiles de los investigadores
Horst Grebe: Doctor en Economía Política de la Universidad de Economía de Berlín (Alemania). Desde el 2005 es presidente del Instituto PRISMA. Fue Ministro de Desarrollo Económico (2004-2005) y Director Ejecutivo de la Fundación Milenio (1994-1998).

Alfredo Seone:  Máster en Economía y Política Internacional del Centro de Investigación y Docencia Económicas (México) y candidato a Doctor en Ciencias del Desarrollo. En la actualidad se desempeña como coordinador de la Maestría en Relaciones Internacionales e Integración del CIDES-UMSA. Fue embajador de Bolivia en Paraguay (2004-2006) y Viceministro de Relaciones Económicas Internacionales (2002-2003).
Iván Velásquez: Doctor en Economía por la Universidad de Bonn (Alemania). Actualmente se desempeña como Coordinador del Programa para Bolivia de la Konrad Adenauer Stiftung (KAS). También fue investigador y PhD fellow del Centro de Investigación del Desarrollo de la Universidad de Bonn (2005-2007).

Grover Barja: Doctor en Economía por Utah State University (Estados Unidos). Actualmente se desempeña como Director de la Maestría en Gestión y Políticas Públicas de Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica Boliviana. Consultor del Banco Mundial y de varias superintendencias, además fue analista político en UDAPE.

Rodney Pereira: Máster en Economía por el centro de Docencia Económica (México) y candidato Doctor en ciencias del desarrollo. Asesor en varios ministerios y consultor de instituciones como PNUD, CEPAL, UNFPA, FAO y CAF. Entre 1987 y 2002 desempeñó diferentes cargos en UDAPE.

Carlos Machicado: Doctor en Economía por la Universidad de Chile. Actualmente es investigador sénior en el Instituto de Estudios Avanzados del Desarrollo (INESAD). Fue analista sectorial en UDAPE (2000-2003).

PRONOSTICOS

A LARGO PLAZO, MAS O MENOS 6 AÑOS, EN BOLIVIA HABRÁ OTRA CRISIS ECONÓMICA DEBIDO A UNA NUEVA BAJA EN LOS PRECIOS INTERNACIONALES DE LAS MATERIAS PRIMAS (29/07/2010)